viernes, 13 de diciembre de 1996

EL EJEMPLO A SEGUIR

Por: Teófilo Juan “El Nene” Cubillas Arizaga

Cuando yo jugaba en el fútbol peruano, Cristal era un equipo fuerte y poderoso, con grandes jugadores junto a Universitario y Alianza Lima.

El Cristal me mereció un especial respeto como rival, porque me unió una historia a la familia Bentín. Ellos me ofrecieron vestir los colores de su club cuando yo hacía mis primeras armas y cursaba estudios en el colegio “Ricardo Bentín” en el Rímac. Don Ricardo asistía a las reuniones escolares más importantes, y le hicieron saber de mis habilidades con la pelota. Mas de una vez me preguntó si me interesaba ir a jugar a su amado club. Pero yo no me podía traicionar: soy hincha de Alianza Lima y allí fui a jugar. Nunca mas cambié. Soy uno de los pocos jugadores que ha vestido una única camiseta.

Mi carrera está asignada por grandes recuerdos contra Cristal, en las que tuve destacadas actuaciones. Enfrentar Eloy Campos o Chito La Torre, era una sensación única, inigualable, irrepetible. Me acuerdo de un 3-2, en 1967, en el Estadio Nacional, el arquero era Luis Rubiños. Les convertí mi último gol en 1988: me había retirado en el ’86, pero después de la tragedia aérea volví a calzarme de cortos, tenía 39 años pero me encontraba entero.

Fue un gol precioso –no lo voy a olvidar nunca- en el Nacional, el arquero era Jesús Purizaga. Estuvimos a punto de conseguir el campeonato que finalmente, ganó Cristal.

Este tricampeonato es el fruto maduro de un próspero proceso, de su forma de trabajo. Cristal gana por el plantel que tiene y porque así lo exige la historia.

Esto ha generado un nuevo fenómeno entre los simpatizantes peruanos. Ahora los chicos alientan los colores celestes. Es el gran cambio que generó esta triple corona. Tiene menos hinchas, pero la juventud se identifica con Cristal: quieren ver un buen trato de pelota y un gol bien hecho. El fútbol entra por los ojos. Estoy convencido que hay muchos padres hinchas de la U y Alianza Lima cuyos hijos simpatizan con Cristal. Debe haber una guerra en las familias.

Una de las razones de su éxito es su equilibrio. Para ser campeón, un conjunto debe basarse en tres argumentos fundamentales: los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes. Los engranajes del Cristal funcionaron, y seguirán funcionando. Es un ejemplo a seguir por los demás clubes. Cuando un equipo está bien recompensado, bien remunerado, bien cuidado, los jugadores están obligados a devolver con triunfos y goles todo lo que se hace por ellos.

Desde hace bastante tiempo es Cristal el que recibiendo un reconocimiento en el exterior. Es el mejor conformado y posee un compromiso real para representar al fútbol peruano más allá de nuestras fronteras.