martes, 2 de octubre de 2007

“La Pasión” CELESTE

Por: Juan Carlos Briceño

“¡Nos están robando el partido!”. Fue la tan repetida frase que nuevamente esbozó Juan Carlos Oblitas al cuarto árbitro en el último duelo entre Melgar y Sporting Cristal. Claro, la presión de encontrarse en una situación cada vez más difícil es comprensible, pero irresponsable. Y es que el “Fantasma de la baja” ronda y coquetea cada vez con más incidencia en tienda cervecera. Al principio todos argumentaban que la posibilidad de que los celestes desciendan era una utopía. Ahora, el silencio y el temor hablan por sí solo. Las cabezas gachas, el silencio sepulcral y la bronca, eso sí, de aquella desazón se hacen cada vez más repetidos. Un agudo presentimiento que lo peor aún está por venir invade de golpe al más optimista hincha. ¿Mal planteamiento? Juan Carlos Oblitas, al igual que Jorge Sampaoli, no han mantenido un esquema fijo de juego. Hombres y esquemas han pasado tanto por la oncena rimense como las continuas derrotas. Alguno ha debido funcionar en determinado momento. Pero nada. Nada funciona. Atrás quedó aquella frase “La fuerza vencedora” que tanto identificó al elenco de La Florida. No le gana a nadie. ¿Tiene mal equipo? El presupuesto que ha utilizado la dirigencia bajopontina es relativamente aceptable. Veamos. Carlos Orejuela, Roberto Palacios, Juan Cominges y Jorge Soto son nombres para nada despreciables. Son jugadores que si bien es cierto, no están pasando por un buen momento, conmueve el desprendimiento que tienen en el terreno de juego. Entonces ¿Qué pasa? ¿Por qué nadie los respeta? A veces el ímpetu, las ganas y el amor propio no son suficientes. La mala fortuna también juega. Por ello, la tranquilidad y la sangre fría deben convertirse en la insignia referente a partir de ahora. ¿Por qué? Porque en estos momentos difíciles la calentura le puede jugar una mala pasada. Para ejemplo están las nefastas declaraciones de Juan Carlos Oblitas. Aquel desliz tendrá consecuencias gravitantes. Que no le quepa la menor duda. La ansiedad y la presión son armas que no favorecen al espíritu de los rimenses en estos momentos. Sangre fría muchachos, sangre fría. Son precisamente estos difíciles momentos los que determinará que su grandeza se forje con cimientos fuertes. Dicen que uno aprende de las malas experiencias más que de las buenas. Que esto sea un claro ejemplo de ello. La memoria es frágil y a veces es preciso recordarle al hincha que en La Florida también saben lo que es corazón por su camiseta y garra ante los rivales. “Aquéllos que pensaron que nos dejaríamos vencer, se equivocaron”, deberá ser la frase al final de esta penuria. Sus hinchas lo saben y vaya si lo viven. Ahora, son diez partidos que le quedan. Diez finales que las pelearán a muerte. El año pasado fue Sport Boys y su hinchada supo apoyarlo. Ahora le toca, lamentablemente, a Sporting Cristal. Es momento de demostrar que Sporting Cristal, también, es más grande que sus problemas.